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Sociedad Red

La globalización ha sido un factor determinante en la difusión y adopción de diversas culturas populares. Entre estas culturas, destaca la cultura otaku, el cual ha ganado una notable influencia entre los jóvenes limeños. Este análisis explora cómo la globalización de la cultura otaku está configurando la identidad y las interacciones de estos jóvenes, utilizando como marco teórico la obra de Manuel Castells sobre la dimensión cultural de Internet.


La cultura otaku, originada en Japón y conocida por su profundo interés en el anime, manga y videojuegos, ha trascendido las fronteras nacionales gracias al impacto de las tecnologías de la información y la comunicación. Según Castells (2002), el internet ha desempeñado un rol crucial al facilitar la conexión global y la interacción entre individuos de diversas culturas. Las plataformas digitales han permitido que movimientos y subculturas, como la cultura otaku, se difundan de manera efectiva a nivel mundial. Para los jóvenes limeños, las comunidades otaku
en línea ofrecen espacios de interacción continua y colaborativa, donde se discute y se fomenta la creatividad en la producción de contenido digital relacionado con el anime y el manga. Prueba de ello, es que el el 66% de otakus participa en grupos en redes sociales de anime, el 73% ha conocido más personas otakus gracias a ellas, y el 76% afirma que las redes sociales han influenciado su interés por el anime. Sin embargo, como cualquier comunidad, hay personas que vuelven tóxica a la misma y se puede evidenciar en los testimonios de las personas otakus entrevistadas: "Considero que hay un impacto notable de los contenidos de mangas y animes en la vida social y privada de sus consumidores, lo cual explica ciertas actitudes negativas hacia otras personas e incluso a otros otakus."


Un ejemplo del impacto otaku en Lima son las ferias de anime y manga que se llevan a cabo en el Centro Comercial Arenales. Esto es gracias a las redes sociales como TikTok, Instagram y Facebook permiten a los organizadores promocionar estos eventos de manera efectiva, alcanzando a una audiencia más amplia. Además, estos eventos sirven como espacios de convergencia cultural donde los jóvenes comparten intereses, participan en actividades como el cosplay y fortalecen su identidad cultural dentro de una comunidad tanto física como virtual (Gandolfi, 2015).


En conclusión, la sociedad red ha transformado la experiencia de la comunidad otaku limeña, proporcionando plataformas para una mayor interacción, colaboración y difusión de la cultura japonesa en un contexto globalizado. El marco teórico de Castells nos ayuda a entender cómo estas dinámicas digitales están redefiniendo no solo la cultura otaku local, sino también la forma en que los jóvenes construyen y proyectan su identidad en la era digital contemporánea.

 

 

Álvarez Gandolfi, F. (2015). Culturas fan y cultura masiva: Prácticas e identidades juveniles de otakus y gamers. La trama de la comunicación, 19(1), 45-65.
Castells, M. (2002). La dimensión cultural de Internet. Recuperado de:
https://www.uoc.edu/culturaxxi/esp/articles/castells0502/castells0502.html

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